Lo resolvió el juez de garantías N° 5 Gabriel Bombini, al entender que Amílcar Morán "obró en el convencimiento de encontrarse en una situación de hecho que lo amparaba por la eximente de la legítima defensa". Quien además ordenó que se investigue el accionar policial de esa noche. Además, elevó a juicio la causa por la tenencia del arma.
El hombre que mató al policía Diego Rozales (30) en su casa del barrio Jardines de Stella Maris en mayo del año pasado fue sobreseído por la Justicia y se ordenó que se investigue si el accionar policial de esa madrugado estuvo bien realizado o no.
De esta manera, el juez de garantías N° 5 Gabriel Bombini falló en la causa del homicidio agravado tal como lo planteó el defensor de Amílcar Morán, Martín Bernat, quien consideró que en medio del caos reinante, Morán actuó pensando que se encontraba en riesgo.
Por otra parte, el juez Bombini elevó a juicio la casa por “portación ilegal de arma de uso civil” y solicitó al Ministerio Público Fiscal que iniciara una investigación por cómo se dio el accionar policial que lo llevó al policía Rozales a ingresar a la casa de Morán ese 16 de mayo de 2021 a la madrugada.
“Debo compartir la postulación defensista en torno a la ausencia de acreditación mínima de los dudosos motivos de sospecha que se alegaron como justificación el accionar policial desplegado, como así también a la falta de apego a las reglas de actuación policial en términos de cumplimiento de los principios de legalidad, proporcionalidad y razonabilidad en el uso de la fuerza pública”, expresó el juez Bombini y agregó: “Corresponde señalar que al cierre de la investigación no existe corroboración objetiva de la versión policial que sitúa como inicio de su intervención la visualización de un conductor de un taxi o remis que se encontraba siendo víctima de agresiones por medio de piñas y patadas por parte de las personas que se encontraban en la puerta de una fiesta clandestina”.
Al argumentar su decisión de sobreseer a Morán, el juez de garantías explicó que “el intempestivo ingreso de los efectivos policiales en la vivienda del imputado, sumado a que los funcionarios efectuado disparos dentro del domicilio con sus armas reglamentarias, todo ello en altas horas de la noche, en una vivienda donde reinaba la oscuridad total, y la absoluta falta de indicaciones puntuales y claras que permitieran tener precisión que se trataba de efectivos policiales, así como el inmediato reconocimiento del imputado sobre la circunstancia de haber disparado, evidencian un cuadro por demás suficiente para poder afirmar que Morán obró en el convencimiento de encontrarse en una situación de hecho que lo amparaba por la eximente de la legítima defensa”.
El abogado Bernat, ya había planteado que la forma en que Rozales y su compañero ingresaron a la vivienda de Morán, mientras perseguían a unos adolescentes que salieron de una fiesta clandestina, se trató de una “una intromisión ilegal de domicilio”. “En la persecución indicada, lo niños se introdujeron en el domicilio de Morán. De forma inentendible, injustificable y totalmente reprochable, la victima de autos y el resto de sus compañeros irrumpieron irracionalmente por la fuerza y a impactos de bala en el hogar”, había remarcado remarcó.
Es justamente este planteo, del accionar policial de Rozales el que el juez Bombini ordenó a la Fiscalía que investigara.
Una fiesta clandestina que terminó en tragedia
Los hechos ocurrieron el domingo 16 de mayo de 2021 a la madrugada, a raíz de una fiesta clandestina ocurrida a la madrugada en Jorge Newbery y Pesquero Narwal. Dos patrulleros de la comisaría quinta fueron hasta el lugar y al llegar aseguraron ver a un grupo de entre 100 y 150 jóvenes que rodeaban un auto, que según dijeron y no se pudo acreditar parecía ser un remís o taxi y que, al de hoy, no pudo ser encontrado.
Al ver llegar a la policía, lo jóvenes se dispersaron y los dos patrulleros persiguieron a un grupo reducido, de 15 adolescentes, que escaparon por la calle Narwal y luego doblaron por un sendero oscuro que atravesaba la manzana, por el que no podían pasar los patrulleros. Los policías, entre ellos Rozales, persiguieron a pie a los adolescentes, quienes al salir del sendero que desemboca en la calle Pesquero Quo Vadis se metieron en una casa.
La secuencia fue advertida por los policías, quienes amparados en que estaban ante un delito en flagrancia, siguieron a los adolescentes hasta el interior del lugar.
Una vez dentro de la casa, los policías se habrían identificado y ejecutado la voz de alto. En un principio, el policía que acompañaba a Rozales dijo que, al ser ignorados, disparó con la escopeta anti disturbios y los perdigones impactaron en la pared y techo. Pero las pericias pudieron determinar que también dispararon con sus armas reglamentarias.
En medio de este caos, el dueño de la vivienda, Amílcar Morán (70) se despertó e instintivamente tomó la pistola Luger 9 milímetros -sin registrar- que guardaba cargada y efectuó un único disparo, según explicaría luego en su declaración, para defenderse de un supuesto robo.
Esa bala impactó en Rozales: ingresó por su axila sin que la pudiera detener su chaleco antibalas y lo hirió de muerte.